jueves, 3 de noviembre de 2011

3 de Noviembre

Se puso sus botas de agua nuevas, cogió un paraguas y salió a pasear. Encendió su Ipod y comenzó a caminar hacia donde iba siempre que quería encontrar su paz personal. Caminó sin parar, hasta que le dolieron los pies. Ya se podía ver la luna entre las nubes negras, y el mar rugir y luchar a escasos pasos de ella.
Se sentó en la arena empapada pero no le importó, porque eso era lo que iba buscando.
¿Había encontrado lo que iba buscando?
-No deberías estar aquí, te vas a resfriar.
-Eres tú quien no tendría que estar aquí, he venido para estar sola.
-¿Quieres que me vaya?
-Sabes que no. ¿Qué haces aquí?
-Vengo a buscarte, quiero hablar contigo.
-¿Qué pasa? ¿Necesitas algo?
-Sí, necesito lo que he necesitado siempre y hasta hace poco he tenido. Necesito a esa persona que está dispuesta a sonreírme cuando menos me lo merezco, a quien no tiene ningún problema en ponerse a bailar en medio del patio del instituto. Necesito a la chica que sale a la lluvia cuando quiere pensar, la que escribe en su tiempo libre y se enamora de cada nota de música. Necesito a Avril.
-Lo siento, pero esa persona ya no está para ti.
-¿He llegado demasiado tarde? Siento no haber venido cuando realmente quería...
-Lo siento mucho, pero creo que te equivocas de persona. No soy la Avril que tu conocías, ya no te necesito para nada. Ya no quiero ser la chica que sonríe cuando le hacen daño, ni la que baila en medio del instituto para intentar llamar tu atención. Ahora soy la chica que sonríe y baila porque se quiere a ella misma.
-Pero aun podemos solucionarlo, amor...
-No, cambiar no tiene solución.
-Pero yo te quiero..
-Y yo a ti, pero me quiero más a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario